Por la revitalización del patrimonio cultural de Manizales
Las apuestas actuales a favor del patrimonio material e inmaterial de los pueblos posibilitan instrumentos legales y políticos encaminados a dotar de sentido su existencia. En particular, se ha construido un marco de acción orientado a la protección de la memoria histórica a través de su anclaje en el presente. En este sentido, la apropiación ciudadana y los usos sociales que puedan derivarse de los bienes culturales constituyen un importante desafío. En Manizales se están haciendo esfuerzos destacables al respecto.
El CRECE hace parte desde julio de 2017 del equipo encargado de construir el Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) del Bien de Interés Cultural (BIC) Conjunto Antigua Estación del Cable Aéreo y Torre de Herveo. Específicamente, está encargado del diagnóstico socioeconómico del entorno urbano del BIC, así como del análisis institucional y financiero de su administración. Este estudio es liderado por la Escuela de Arquitectura y Urbanismo, de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Nacional, sede Manizales.
La Antigua Estación del Cable Aéreo –hoy sede de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional– y la Torre de Herveo, conocida como Torre del Cable, fueron declarados BIC de la nación mediante el Decreto 1543 del 28 de agosto de 1996. El primero es un bien inmueble propiedad de la Universidad Nacional de Colombia, y el segundo un bien mueble, propiedad del municipio de Manizales. En 1997 la Ley General de Cultura declara los Monumentos Nacionales como BIC del ámbito nacional y crea la figura del PEMP como instrumento de planeación y gestión para la protección y conservación de los BIC declarados. Este plan debe ser integrado al Plan de Ordenamiento Territorial y al Plan de Desarrollo del municipio como normativa de jerarquía superior. El Ministerio de Cultura es el encargado del seguimiento del PEMP.
La ubicación de la Antigua Estación del Cable Aéreo y de la Torre de Herveo en un sector de Manizales constituido en una nueva centralidad urbana, en la que confluye una enorme diversidad de dinámicas económicas, sociales y culturales, puede representar al mismo tiempo ventajas y amenazas para su conservación. De ahí que resulte fundamental identificar los actuales usos sociales y significados atribuidos a estos BIC, que si bien se han constituido en iconos de la ciudad, se enfrentan al peligro de ser reducidos a valores estéticos y paisajísticos, vaciándolos de su contenido histórico y cultural. Es cierto que los Manizaleños se manifiestan en general orgullosos de la existencia de estos bienes y que acuden a sus alrededores como lugar de ocio y de encuentro, pero también lo es que al ser preguntados sobre el rol que éstos desempeñaron en la vida económica y social de la región, durante su periodo de funcionamiento como solución de transporte, declaran escaso conocimiento al respecto.
El trabajo realizado por el CRECE hasta el momento alrededor de este PEMP, evidencia la necesidad de revitalizar el patrimonio cultural de la ciudad representado de manera especial por los BIC del Cable. En un momento que demanda con urgencia iniciativas creativas e inteligentes que aporten al desarrollo regional y nacional, bien valdría la pena aprender del ingenio de quienes hace casi 100 años concibieron una solución al transporte en un territorio caracterizado por el relieve montañoso y accidentado, carente de vías terrestres carreteables. Así, el que fue en su momento el sistema de cable aéreo más largo del mundo, inaugurado oficialmente en 1922, se constituyó en una potente aventura de ingeniería que transformó la economía local y conectó a Caldas con el mundo, a través del acceso al río Magdalena y de ahí al océano Atlántico, permitiéndole exportar sus productos agrícolas, especialmente el café, e importar recursos necesarios para la economía local.
En definitiva, la ciudad necesita apropiar nuevamente estos bienes y apreciar no solamente su presencia física, sino los valores culturales que éstos representan. Nutrir la identidad regional con estos valores exige un ejercicio serio de difusión y resignificación de su historia por parte de la ciudadanía. Próximamente el PEMP aportará propuestas encaminadas a articular los BIC del Cable en la vida de la ciudad; dependerá de los manizaleños aprovecharlo como herramienta para la construcción de una memoria compartida sobre la capacidad históricamente evidenciada de transformación del territorio. Quizá así Manizales pueda seguir siendo un ejemplo de creatividad e ingenio para el mundo.
Por: Carolina Villada Narváez
Consultora del CRECE en educación