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La brecha del Ingreso Digno en las familias cafeteras en Colombia: Un desafío que nos convoca

La brecha del Ingreso Digno en las familias cafeteras en Colombia: Un desafío que nos convoca

En Colombia, la pobreza rural sigue siendo uno de los grandes retos para el desarrollo sostenible en las comunidades cafeteras. Según un estudio de línea base encargado al CRECE por The Sustainable Trade Initiative IDH, entre el 51% y el 75% de los hogares cafeteros no alcanzan un ingreso digno, es decir, los recursos mínimos necesarios para garantizar una vida decente.

El conocimiento que el CRECE ha generado sobre el Living Income en Colombia a partir del diseño de instrumentos, la investigación en campo y el uso de metodologías mixtas, aporta una perspectiva analítica robusta para su evaluación y análisis. El CRECE es uno de los pocos centros que ha medido este concepto en la práctica, con comunidades de productores agrícolas. Carlos Ariel García, dirigió el equipo de investigación del CRECE en el estudio de línea de base realizado para IDH en los departamentos del Huila, Cauca, Caldas y Antioquia.

Como explicó Carlos Ariel García en entrevista con el CRECE, este problema trasciende fronteras: “En el mundo existen 570 millones de fincas que producen alimentos. Un tercio de lo que comemos proviene de pequeños productores, muchos de los cuales viven en condiciones de pobreza”. Esta paradoja muestra por qué la discusión sobre el ingreso digno ha tomado fuerza desde 2015 y se ha convertido en un asunto prioritario en la agenda internacional.

¿Qué entendemos por ingreso digno?

El ingreso digno o Living Income, es el ingreso neto anual necesario para que un hogar rural cubra, de manera sostenible, sus necesidades básicas: alimentación, agua, vivienda, educación, salud, transporte y una reserva para imprevistos. Se trata de asegurar condiciones de vida adecuadas, sin comprometer la sostenibilidad de la actividad productiva.

En palabras de García, “es el ingreso neto anual necesario para que un hogar rural pueda sostener un nivel de vida decente para todos sus miembros”.

¿Cómo se mide?

  1. Determinar un valor de referencia: Utilizando la metodología de Anker, se calcula cuánto cuesta satisfacer las necesidades básicas en una zona específica, considerando tamaño del hogar, dieta, vivienda, salud y educación.

  2. Calcular el ingreso neto real del hogar: Este es el ingreso total obtenido por ingresos de la finca, trabajo de miembros del hogar en actividades agrícolas y no agrícolas, son más los ingresos, transferencias y otros ingresos, menos los costos de producción asociados.
  3. Evaluar la brecha de ingresos: diferencia entre lo que un hogar necesita y lo que realmente percibe, indica cuánto necesita ese hogar para alcanzar un nivel de vida digno. Esta brecha se calcula frente al ingreso de referencia de Anker.

Este análisis permite dimensionar cuánto le falta a cada familia para alcanzar un estándar de vida decente y, sobre todo, orientar políticas y programas de apoyo.

¿Qué acciones se están tomando?

Fairtrade International, por ejemplo, calculó que en 2022 el ingreso digno de referencia para un hogar cafetero en Colombia era de 996 dólares mensuales, equivalentes a unos 4,2 millones de pesos al mes en ese momento. Muchos hogares cafeteros del país no logran acercarse a esta meta. De hecho, “las diferencias varían según si el hogar es indígena o no, si la jefatura es femenina o masculina, o si se trata de jóvenes o adultos”.

Frente a ello, en latinoamérica se vienen impulsando iniciativas diferenciadas según tipo de hogar, estudios regionales comparativos y una mayor coordinación con actores públicos y privados. Tal como subrayó García, ‘‘la brecha de ingresos no es solo un tema de café y cacao, necesitamos ampliar la mirada a otras producciones y regiones para diseñar soluciones integrales contra la pobreza rural’’.

Frente a esta realidad, existen algunos retos o desafíos destacados en la conversación:

Fuente: Elaboración propia.

“Conocer la brecha es el primer paso para transformarla 

en acciones concretas que garanticen bienestar 

para las familias rurales”

C. García en conversación con el CRECE

Cerrar la brecha del ingreso digno es un paso fundamental para fortalecer la sostenibilidad de la producción agrícola, fomentar la economía local y ayudar a preservar prácticas agrícolas responsables y sostenibles. Además, para las familias cafeteras, representa una transformación de su trabajo en educación para sus hijos, atención médica oportuna, una vivienda segura y un futuro más estable. Este desafío requiere del compromiso decidido entre diferentes partes, García sostiene que es ‘‘clave que se vincule el sector público en iniciativas de este tipo que son importantísimas para mejorar las condiciones de los hogares rurales’’

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